ENTRETENIMIENTO

El legado insuperable de Dragon Ball GT
OPINIÓN


Por Jair Ugarte


A propósito del último capítulo de la segunda saga del manga de Dragon Ball Super, en la que el nuevo villano Moro es la principal amenaza de los guerreros, nos preguntamos si la primera parte del anime fue mejor que su predecesora, Dragon Ball GT.

                              Capítulo 54
Antes de todo, hay que mencionar las marcadas diferencias entre ambas. Por ejemplo la cantidad de transformaciones que suceden entre una saga y otra, el giro que se le da a la historia, las contradicciones que se descubrieron con el estreno de Super (quizá por la casi nula intervención en GT de Akira Toriyama, creador del anime), entre otros factores que saltan a la vista de los fans.


Dicho esto, dentro de estas diferencias, según este aficionado del anime japonés, existen factores en Dragon Ball GT que superan ampliamente a los de Dragon Ball Super y, por ende, confirmaría que este último es superado por su antecesor.


Empecemos por orden. En primer lugar, el opening de Dragon Ball GT es magia pura. La letra y la música de “Mi corazón encantado” teletransportan a cualquier persona que vea la serie, sea fan a no, a lugares que nunca haya explorado. Una canción tan profunda que enamora hasta al más frívolo. Simplemente, magistral.


Otro de los puntos fuertes de Dragon Ball GT es la calidad de los gráficos. Y es que el diseño de los personajes es por mucho superior al de Super. Mientras que en GT los dibujos son más realistas y bien cuidados al más mínimo detalle, en la nueva entrega del anime (Super) se nota claramente un gran descuido por parte de Toei animation, productora encargada de la elaboración del anime. Los gráficos casi caricaturescos y el mal uso de la tecnología digital (en Dragon Ball Z se usó la analógica) terminan por destruir todo intento de éxito sobre Dragon Ball GT.

                 SS3 en Dragon Ball Super

                     SS4 en Dragon Ball GT

A los puntos anteriores, también se suma un aspecto importante dentro de toda serie: la trama de la historia. Y es que, mientras en GT se llega muy rápido a los capítulos más emocionantes (la saga de Baby empieza en el capítulo 15), en Super ocurre al revés. Además de ver más de 40 capítulos (con relleno incluido), las únicas sagas que valen la pena, personalmente, son la del villano Zamas y el Torneo del Poder.

            Baby apareció en el capítulo 15

Zamas apareció en el capítulo 40

Otro punto a destacar en GT es la cantidad y la categoría de los personajes que intervienen. Y si queremos que el dato sea aún más sobresaliente, también hay que mencionar las asombrosas transformaciones, como el Super Saiyajin 4, por ejemplo.

               El impresionante Gogeta SS4

Por último, existe un factor determinante, que si bien no resalta mucho en Dragon Ball GT, no deja de estar presente. Me refiero a la censura. Por muchos años, a la serie animada creada por Akira Toriyama se le ha criticado sobre todo por algunas escenas fuertes. Por ejemplo, la tortura del mono gigante Vegeta hacia Gokú, la paliza que le propinan a Videl en el torneo de las artes marciales, entre otras. Escenas que fueron consideradas fuertes en su momento por ser muy violentas y explícitas. Todo lo contrario sucede en Dragon Ball Super: las escenas están mucho más cuidadas para proteger especialmente al público infantil. Decisión que fue duramente cuestionada por el fandom, ya que pierde la esencia de la serie.


Así, se han tratado de repasar las características más importantes que hacen de Dragon Ball GT, la única y mejor secuela de Dragon Ball Z hasta el momento.



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