Por Jair Ugarte
La crisis política desatada en el Perú por la reciente disolución del Congreso, ha traído consigo diversas opiniones. Una de las más esperadas quizá era la del Premio Nobel Mario Vargas Llosa, quien es crítico acérrimo del fujimorismo. Así lo reveló el pasado martes durante la presentación de su último libro Tiempos recios, al afirmar que “el presidente Martín Vizcarra hizo bien en disolver ese Congreso lleno de forajidos y semianalfabetos”. De igual manera, como ya lo había mencionado en un artículo en el diario La República, refirió que “Vizcarra actuó en completo uso de la Constitución y, que es una mentira que se haya tratado de un golpe de Estado, como lo afirma la alianza aprofujiimorista”.
De acuerdo a lo antes visto, si bien Vargas Llosa siempre se ha destacado por mostrar un cierto apego por el neoliberalismo y su bien fabricado “producto” llamado democracia, no sorprende que se deleite con cada nuevo fracaso del fujimorismo (que ha hecho los méritos para terminar donde está). Y esto tal vez porque aún después de tantos años resulta vergonzoso recordar que fue derrotado en elecciones presidenciales por un outsider que, finalmente, llevó a la debacle a nuestro país. En el fondo, parece que ese trago amargo todavía no lo digiere el Nobel peruano.
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